Jorge Castro Carrera Huáscar - Setiembre 2006 |
Jorge nació en el departamento de Lambayeque, el 1 de noviembre de 1931. Era muy niño cuando Jorge perdió a su padre y para cubrir las necesidades de él y sus tres hermanos su madre tuvo que trabajar, pero el sueldo no alcanzaba. A los 7 años de edad lo enviaron a Lima, donde unos tíos, en el distrito de Miraflores.
El recuerdo más saltante de aquellos años era cuando viajaba en el tranvía de Lima a Chorrillos. “El paradero inicial estaba en la plaza San Martín y saliendo de Lima, en todo el camino hacia Miraflores sólo se veía chacras. El tranvía era el único medio de transporte masivo, si uno quería ir a la playa Agua Dulce tenía que tomar el tranvía”.
La juventud y la militancia cristiana
Cuando terminó de estudiar se dedicó a diversos trabajos y conoció a la Comunidad de Religiosos Franciscanos … “estuve con ellos en sus misiones del Alto Ucayali, por esos años cumplían un aniversario muy especial (no recuerdo bien la fecha). Me convertí en el asistente del padre Roberto Pelozzi en la difusión de un documental sobre las Misiones de los franciscanos en el Alto Ucayali; recorrimos muchos colegios e instituciones importantes como el Parlamento, incluso en el Palacio de Gobierno, con el presidente Prado”.
En San Juan de Lurigancho.
“Poco después me casé con Elvira, con quien tuve 2 hijas, con ellas y con mi hermana nos venimos al paradero 6 de la Cooperativa Las Flores en San Juan de Lurigancho. Por aquella época Las Flores y zonas vecinas eran, en su mayor parte, chacras trabajadas por Yanaconas japoneses, quienes cultivaban productos de pan llevar”.
Canto Gallo
“Por esos años aún no existía “Caja de Agua”. A la entrada de San Juan de Lurigancho existía un pueblo que se asentaba en la margen derecha del caudal del Rímac, se llamaba “Canto Gallo”, donde habitaba gente muy pobre y gente de mal vivir. Todos los días que regresaba del trabajo veía aquel pueblo, muy mentado pues a él concurrían “faites” como el legendario Tatán. Si bien el pueblo tenía mala fama, debo decir, en honor a la verdad, que las veces que fui allá por motivos de trabajo, a mí nunca me ocurrió algo malo”.
“Una vez que regresaba del trabajo pude ver policías con maquinaria pesada realizando el desalojo de este pueblo. Después me enteré que el gobierno de Belaúnde, que había desarrollado un programa de vivienda popular en Caja de Agua y Chacarilla de Otero, los había llamado para empadronarlos y ofrecerles la reubicación en estos programas, pero casi nadie fue; así que el gobierno decidió desalojarlos para que escogieran el lugar donde querían ir, los que podían pagar iban a Caja de Agua y Chacarilla de Otero y los que no se iban a Canto Chico, donde no había nada, ni luz, ni agua ni desagüe”.
Nace la Comunidad Cristiana en las Flores.
“Éramos cuatro amigos que siempre nos reuníamos los domingos para charlar y surgió la preocupación por tener un local dónde escuchar misa; decidimos adecuar un local, El amigo Carranza, que era carpintero se ofreció hacer una cruz, yo que era pintor me ofrecí a pintarla, el Sr. Flores que era albañil se ofreció para la habilitación del local. Se acercaba el día Primero de Mayo y decidimos buscar al padre Jorge Alvarez Calderón para que celebre la eucaristía esa fecha en las Flores. El padre celebraba misa en el “pueblito” y allá fuimos a buscarlo. El nos atendió en la capilla y nos dijo que no podía ofrecernos misa para el primero de mayo porque ese día iba a estar en Canto Chico a donde nos invitó a que vayamos con la cruz, pero se comprometió a ir al siguiente domingo. Y así fue, la gente de las Flores se entusiasmó y fuimos bastantes los que nos hicimos presentes en la primer misa, lo que a su vez entusiasmó al padre Jorge, quien , en adelante, nos trajo al padre Matías Sibenaller para la misa de los domingos”.
Contacto con la Asociación de Excedentes de Caja de Agua.
“Cierto día el padre Matías me preguntó si yo tenía casa propia, ante mi negativa me invitó a participar en las reuniones de exedentes de Caja de Agua, que se reunían en el salón parroquial de la Iglesia San Cristóbal, para tratar del acceso a una vivienda. Allí fue mi primer contacto con esta asociación que dio orígen a UPIS Huáscar”.
(El resto de la entrevista va para la próxima entrega).
“Una vez que regresaba del trabajo pude ver policías con maquinaria pesada realizando el desalojo de este pueblo. Después me enteré que el gobierno de Belaúnde, que había desarrollado un programa de vivienda popular en Caja de Agua y Chacarilla de Otero, los había llamado para empadronarlos y ofrecerles la reubicación en estos programas, pero casi nadie fue; así que el gobierno decidió desalojarlos para que escogieran el lugar donde querían ir, los que podían pagar iban a Caja de Agua y Chacarilla de Otero y los que no se iban a Canto Chico, donde no había nada, ni luz, ni agua ni desagüe”.
Nace la Comunidad Cristiana en las Flores.
“Éramos cuatro amigos que siempre nos reuníamos los domingos para charlar y surgió la preocupación por tener un local dónde escuchar misa; decidimos adecuar un local, El amigo Carranza, que era carpintero se ofreció hacer una cruz, yo que era pintor me ofrecí a pintarla, el Sr. Flores que era albañil se ofreció para la habilitación del local. Se acercaba el día Primero de Mayo y decidimos buscar al padre Jorge Alvarez Calderón para que celebre la eucaristía esa fecha en las Flores. El padre celebraba misa en el “pueblito” y allá fuimos a buscarlo. El nos atendió en la capilla y nos dijo que no podía ofrecernos misa para el primero de mayo porque ese día iba a estar en Canto Chico a donde nos invitó a que vayamos con la cruz, pero se comprometió a ir al siguiente domingo. Y así fue, la gente de las Flores se entusiasmó y fuimos bastantes los que nos hicimos presentes en la primer misa, lo que a su vez entusiasmó al padre Jorge, quien , en adelante, nos trajo al padre Matías Sibenaller para la misa de los domingos”.
Contacto con la Asociación de Excedentes de Caja de Agua.
“Cierto día el padre Matías me preguntó si yo tenía casa propia, ante mi negativa me invitó a participar en las reuniones de exedentes de Caja de Agua, que se reunían en el salón parroquial de la Iglesia San Cristóbal, para tratar del acceso a una vivienda. Allí fue mi primer contacto con esta asociación que dio orígen a UPIS Huáscar”.
Puente Huáscar Enero de 1976 Foto: Archivo Parroquia Señor de la Esperanza |
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